https://www.youtube.com/watch?v=mQtT8hADx3E
CONCLUSIÓN
Como apreciamos en el vídeo, el niño reconoce la voz materna y manifiesta su alegría o tranquilidad emocionándose. Como hemos podido estudiar, los bebes al nacer identifican a sus progenitores mediante el oído y el olfato mas que por la visión y es algo imprescindible para crear un vinculo afectivo con el niño estar junto a el desde el mismo momento que estar en el vientre de la madre, hablarle o cantarle para que cuando salga, el niño la reconoce y va tener mas afecto que con cualquier persona.
Por eso es bueno estar junto al niño en todo momento.
jueves, 30 de octubre de 2014
martes, 7 de octubre de 2014
El experimento del Pequeño Albert (1920)
En 1920 el psicólogo de la Universidad Johns Hopkins John B. Watson trató de demostrar empíricamente que el condicionamiento clásico –más conocido como el condicionamiento Pávlov, pues fue demostrado por primera vez en un animal de manos del fisiólogo ruso Iván Pávlov– también funcionaba en humanos.
Al igual que Pávlov logró que su perro salivara al oír una campana, pues asociaba el sonido de ésta con la llegada de la comida, Watson trató de que un niño asociara las ratas con el golpe de un martillo sobre una lámina metálica, sin pensar en el trauma que podía crearle.
El pequeño Albert, que así se llamaba el niño, tenía tan sólo 11 meses y tres días cuando se inició el experimento. Tras comprobar que el bebé no tenía ningún miedo natural a las ratas, pero sí a los sonidos estridentes, empezaron a dejarle sólo en compañía del roedor mientras sonaban los martillazos. Después de varios ensayos, la sola presencia de la rata provocaba auténtico pavor en el niño, que desarrolló fobias, también, a los perros, la lana o las barbas, cuya textura asociaba al pelo de la rata.
La intención de Watson era proseguir el experimento para hallar la forma de eliminar en el pequeño Albert el miedo condicionado –aunque no tenía ni idea de cómo iba a lograrlo– pero la madre del niño, asustada ante lo que habían hecho, se negó a volver a dejar al niño en manos del psicólogo. Albert murió a los seis años, víctima de una enfermedad que nada tenía que ver con el experimento, y nunca sabremos si sus fobias habrían perdurado hasta la edad adulta.
Opinión personal:
Pienso que hay experimentos que no deberían hacerse con niños y este es un claro ejemplo del porque no debe hacerse. Todo experimento tiene sus secuelas y ,aunque en este caso el niño muriese a los 6 años, en un futuro le podría haber creado un gran trauma para toda su vida. Antes de hacer un experimento deberíamos ver las consecuencias ,tanto buenas como malas, que van a traer al hacérselo a los niños.
En 1920 el psicólogo de la Universidad Johns Hopkins John B. Watson trató de demostrar empíricamente que el condicionamiento clásico –más conocido como el condicionamiento Pávlov, pues fue demostrado por primera vez en un animal de manos del fisiólogo ruso Iván Pávlov– también funcionaba en humanos.
Al igual que Pávlov logró que su perro salivara al oír una campana, pues asociaba el sonido de ésta con la llegada de la comida, Watson trató de que un niño asociara las ratas con el golpe de un martillo sobre una lámina metálica, sin pensar en el trauma que podía crearle.
El pequeño Albert, que así se llamaba el niño, tenía tan sólo 11 meses y tres días cuando se inició el experimento. Tras comprobar que el bebé no tenía ningún miedo natural a las ratas, pero sí a los sonidos estridentes, empezaron a dejarle sólo en compañía del roedor mientras sonaban los martillazos. Después de varios ensayos, la sola presencia de la rata provocaba auténtico pavor en el niño, que desarrolló fobias, también, a los perros, la lana o las barbas, cuya textura asociaba al pelo de la rata.
La intención de Watson era proseguir el experimento para hallar la forma de eliminar en el pequeño Albert el miedo condicionado –aunque no tenía ni idea de cómo iba a lograrlo– pero la madre del niño, asustada ante lo que habían hecho, se negó a volver a dejar al niño en manos del psicólogo. Albert murió a los seis años, víctima de una enfermedad que nada tenía que ver con el experimento, y nunca sabremos si sus fobias habrían perdurado hasta la edad adulta.
Opinión personal:
Pienso que hay experimentos que no deberían hacerse con niños y este es un claro ejemplo del porque no debe hacerse. Todo experimento tiene sus secuelas y ,aunque en este caso el niño muriese a los 6 años, en un futuro le podría haber creado un gran trauma para toda su vida. Antes de hacer un experimento deberíamos ver las consecuencias ,tanto buenas como malas, que van a traer al hacérselo a los niños.
jueves, 2 de octubre de 2014
Los bebés bilingües tienen más memoria y capacidad de aprendizaje
Los bebés encuentran novedosa la información lingüística de los dos idiomas, lo que les obliga a discernir entre las dos lenguas y a mejorar su capacidad de procesamiento.
Un estudio realizado por SICS (Instituto de Singapur
de Investigación de Estudios Clínicos), KKH (Hospital de Niños y
Mujeres) y NUH (Hospital de la Universidad Nacional) de Singapur ha
puesto de manifiesto que los bebés de seis meses de edad a los
que se les habla en dos idiomas diferentes tienen una mayor capacidad
para aprender y más memoria que aquellos que están expuestos a una sola lengua.
El estudio se realizó con 114 bebés de seis meses de edad, de los que
aproximadamente la mitad estuvieron expuestos a dos idiomas desde el
momento en que nacieron. La comparación de estos dos grupos de bebés ha
permitido a través de una serie de pruebas comprobar que los
bilingües eran capaces de reconocer imágenes familiares más rápidamente,
aparte de prestar más atención a nuevas imágenes que los monolingües. Unas conclusiones que no son específicas para un idioma en particular.
Dentro del estudio, los bebés vieron una imagen en color de un lobo o un
oso, asociándose el oso a una imagen familiar, mientras que el lobo se
vinculó con una novela. Este visionado puso de manifiesto que los bebés bilingües se aburrieron antes con las imágenes familiares, si bien prestaban más atención a las relacionadas con la novela, dedicándoles más tiempo.
Una preferencia por la novedad que, según estudios previos, está relacionada con un mayor
cociente intelectual y mejores puntuaciones en pruebas de vocabulario
durante su etapa preescolar y los años que están escolarizados.
Y es que, según explican los investigadores, un bebé que está en un hogar bilingüe encuentra más novedosa la información lingüística
que aquel que está en un hogar monolingüe, teniendo que aprender el
bebé a discernir entre dos idiomas, lo que supone una mayor eficiencia
en el procesamiento de la información.
Los bebés, que fueron evaluados por primera vez en 2011, siguieron
siendo estudiados posteriormente. De esta manera, los investigadores
comprobaron que los niños en Singapur, incluso aunque sean de familias
monolingües, están poco tiempo sabiendo un solo idioma. De hecho, más de
la mitad de los 54 bebés del grupo monolingüe se había convertido en
bilingüe entre los seis y 18 meses.
OPINIÓN PERSONAL:
Personalmente pienso que estimular a los niños desde muy pequeños con el ingles es algo muy bueno ya que en la actualidad, el ingles es imprescindible para cualquier trabajo y si se estimula desde pequeño podremos llegar a dominarlo como nuestra lengua materna.
Otro aspecto a destacar es unos de los resultados es que a la vez de ir estimulando el ingles, también hay que fomentar la imagen de la familia ya que es algo primordial en nuestras vidas.
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